viernes, 14 de noviembre de 2014

Lo que debería saber sobre depresión








                                                              



                                                                   Definición



    La  palabra depresión está compuesta del prefijo de que indica decaimiento de arriba hacia abajo, y el verbo premere (presionar). Así que significa algo como presión de arriba hacia abajo que nos hace decaer.
    Por otro lado de acuerdo con el diccionario de la real academia podemos encontrar que es “el síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición   de las funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos.
    De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS)” la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza  por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”.



                                                               Conceptualización



     Depresión infantil y adolescente 

     Referente a la depresión  infantil  y adolescente existen tres opiniones muy puntualizadas: a) tomarla como una entidad clínica única que requiere un criterio diagnóstico diferente respecto del de la depresión adulta; b) considerarla a semejanza de los trastornos afectivos de los adultos utilizando criterios diagnósticos similares, y c) no considerarla como una entidad clínica diferente.
De donde surgen cuatro puntos de vista:
1) inexistencia de la depresión infantil o adolescente como entidad clínica diferenciada
2) existencia de la depresión infantil pero semejante a la depresión en adultos;
3) existencia de la depresión infantil o adolescente como entidades nosológicas diferenciadas, y
 4) confusión de la depresión infantil o adolescente en el total de las manifestaciones psicopatológicas de tales etapas.

     Los criterios diagnósticos de investigación (RDC), fueron el punto de partida para la elaboración de los criterios diagnósticos del DSM-III, son más amplios, ya que son utilizados en la práctica clínica:

a) Estado de ánimo disfórico. 

b) Por lo menos, cuatro de los siguientes síntomas: 1) pérdida/aumento de peso/apetito; 2) insomnio o hipersomnia; 3) pérdida de energía; 4) pérdida de interés o placer en las actividades habituales; 5) sentimientos de autorreproche, culpabilidad inapropiada; 6) disminución de la capacidad de concentración, y 7) tendencias suicidas. 

c) Duración: dos semanas como mínimo. 

d) Exclusiones: 1) síntomas esquizofrénicos; 2) trastorno mental orgánico; 3) esquizofrenia de tipo residual, y 4) duelo no complicado.

     Existen  ocho grupos de síntomas que pueden ayudar a indicar la existencia de síndrome depresivo en niños y adolescentes según Murray: trastorno del sueño, temor a la muerte, retraimiento social, absentismo escolar, quejas somáticas, conducta agresiva y ansiedad general. Presentando los niños depresivos al menos cuatro de los  síntomas citados. 

     Es por ello que un conjunto de autores han considerado que el cuadro de la depresión infantil es un conjunto tanto de síntomas que los adultos también presentan así como síntomas propios, entre los cuales se encuentran las molestias somáticas, la agresividad, las disfunciones comportamentales, el rechazo a la escuela con absentismo y fracaso escolar, y  el retraimiento social.

    Asimismo, Weinberg presenta también criterios  que exigen la presencia tanto de humor disfórico como de ideación autodesaprobatoria, un cambio de actitud hacia la escuela, y quejas somáticas (cefalalgias no migrañosas, dolores abdominales, musculares, u otras), en un periodo de un mes como mínimo.

 Descripción de la sintomatología depresiva en los niños y los adolescentes, según Malmquist las siguientes categorías: 

I. Asociación a enfermedades orgánicas (depresión como parte del proceso patológico; depresión secundaria o reactiva a un proceso físico). 

II. Síndromes de privación: Reacciones proporcionadas a un ambiente empobrecido, no gratificante (depresiones analíticas; tipos caracterológicos relacionados con la carencia de afecto). 

III. Síndromes asociados con dificultades en la individuación (problemas de separación-individuación.

IV. Tipos de latencia: Asociada con pérdida de objeto; fracaso en alcanzar metas utópicas; equivalentes depresivos (depresión sin afectos depresivos); estados maníaco-depresivos; tipos relacionados con la carencia de afecto (anhedonia generalizada); carácter obsesivo: depresivo compensado. 

V. Tipos adolescentes.

         En relación a factores evolutivos y cronológicos de la depresión infantil
McConville, Boag y Purohit  delimitan tres aspectos o subtipos:
  •  subtipo afectivo (6 y 8 años), descrito por hechos tales como tristeza, llanto, desamparo desesperanza, retraimiento, pérdida interior, separación y problemas relacionados con la crianza. 
  •   subtipo de autoestima negativa (8 y 12 años), conlleva autoestima disminuida, baja valoración por parte de los demás, presunción negativa del juicio que a los demás merece el niño, miedo a ser explotado y la suposición de que continúe el fracaso o desgracia.
  •   subtipo depresión o culpa (después de 10 años) sobreviene generalmente tras una pérdida e incluye culpabilidad excesiva, autoestima punitiva, pensamientos pasivos y activos de autodestrucción y deseos de restitución tras una pérdida.





 Etiología


Ferster, desde una línea explicativa conductual entiende la depresión como un cuadro de debilitamiento o inhibición generalizada del comportamiento derivado de una pérdida, retirada o disminución del esfuerzo desde el entorno social, reduciendo el volumen del comportamiento y con ello la probabilidad de recuperar el esfuerzo. Dicha disminución del esfuerzo implica el debilitamiento y/o extinción de conductas mantenidas, originando una pasividad y disminución de conductas reforzantes y reformables, manteniendo al individuo en el cuadro depresivo.
Por su parte, Beck explica que la depresión parte de las distorsiones cognitivas e interpretaciones negativas que el sujeto hace de los hechos, la percepción de sí mismo, su entorno y su futuro.
Seligman, apunta que las personas deprimidas consideran que los efectos que siguen a sus conductas depresivas son incontrolables.
En la infancia, los síndromes y síntomas depresivos observan varias raíces, de igual manera los factores implicados en el desarrollo del trastorno y sus estrategias para el tratamiento de la depresión han de ser producto de una valoración que delimite cada factor según su importancia.
La depresión infantil puede estar determinada por varios factores a decir de algunos pueden deberse a factores biológicos, genéticos, socio-familiares o ambientales. En la mayoría de los casos las causas son multifactoriales.
En cuanto a los factores biológicos se ha descubierto que los trastornos son más frecuentes en familiares adultos de niños y adolescentes deprimidos; los factores genéticos pudieran determinar un mayor grado de posibilidad en niños que tienen padres depresivos; la poca interacción entre padres e hijos, problemas familiares abusos y negligencias forman parte de los factores familiares que pudieran detonar la depresión; en tanto que los factores ambientales pudieran acelerar los cuadros depresivos causados por el contexto en el que se desarrolla el niño.



Epidemiología (en niños y adolescentes)
 Con frecuencia, desordenes depresivos presentes en juventud, siguen hasta la adultez.
Estudios revelan que más del 15% de niños y adolescentes presentan síntomas de depresión mayor, mientras que el 3% de adolescentes depresión leve.
Talvez debido a cambios hormonales, es dos veces mayor la probabilidad que las niñas después de los 14 años presenten trastorno depresivo.
Para México es de suma importancia realizar estudios sobre trastornos mentales  pues es una población joven, con 22 años como edad media, el censo del año 2000 revela que el 34% de la población es menor de 15 años. Aunque se realizan dichos estudios en la población escolar, solo se evalúa sintomatológicamente y no diagnósticamente.
La depresión afecta el estado de ánimo, el rendimiento escolar, provoca baja autoestima, desórdenes alimenticios, etc. La principal causa de comportamiento suicida entre adolescentes es el trastorno depresivo mayor.
A pesar de esto, el principal problema es que más del 70% de niños y adolescentes no reciben el diagnóstico ni el tratamiento necesario. 

 


Epidemiología (en personas adultas)

Prevalencia y diagnóstico de depresión en población adulta en México.





Entre 2002 y 2003, los investigadores Belló M., Puentes-Rosas E., Medina-Mora ME,  y Lozano R.; a partir de datos de la Encuesta Nacional de Evaluación del desempeño 2002-2003, se calcularon las prevalencias de depresión en el ámbito nacional, tomando en cuenta el sexo, la edad, nivel de escolaridad, el tamaño de comunidad de residencia y entidad federativa; retomando la definición de episodio de depresión así como los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales,  (DSM IV).
De dicho estudio se expone que un año anterior a la encuesta, la prevalencia de depresión era de 4.5%; 5.8% en mujeres y 2.5% en hombres, se puede apreciar que la prevalencia aumenta con la edad y disminuye  cuando la escolaridad aumenta, en los hombres de zonas rurales es mayor que en los de zonas urbanas. Las conclusiones son que la depresión es muy frecuente en personas adultas, y se asocia a condiciones de vulnerabilidad social.

Variables asociadas a depresión.

 Lo siguiente es una serie de datos estadísticos que arrojó el estudio conforme a diversas variables que participan en la propensión de este trastorno.


-Sexo y edad


La depresión aumenta con la edad en ambos sexos. En mujeres fue de 4% en menores de 40 años de edad y de 9.5% en mayores de 60 años; mientras que la prevalencia de depresión en hombres fue de 1.6% en menores de 40 años de edad y de 5% en mayores de 60 años.


-Escolaridad


A la vez que aumenta el nivel de escolaridad, disminuye el nivel de prevalencia de depresión: en los individuos sin educación formal 8%, mientras que las personas que presentaron educación superior o mayor, la prevalecía descendió hasta 2.1%.

-Localidad de residencia


 Respecto al tamaño de la localidad de residencia, la prevalencia de depresión no se ve muy afectada, pues en mujeres de las zonas rurales es de 5.9%, mientras que en zonas metropolitanas el porcentaje es de 5.7%, aunque,  el rasgo  que llama la atención – se menciona- es que en hombres, la prevalencia en zonas rurales es de 4.6% y para zonas urbanas es de 2.4%.


-Entidad federativa


De acuerdo con el estudio, la prevalencia de depresión varió significativamente entre los 32 estados del país.

Cifras más elevadas:
·         En hombres. Jalisco 5%, Veracruz 4.6% y Tabasco 4.5%.
·         En mujeres. Hidalgo 9.9%, Jalisco 8.2% y Estado de México 8.1%.

 Cifras más bajas:
·         En hombres. Nayarit y Nuevo León menos de 1%.
·         En mujeres. Sonora 2.8% y Campeche 2.9%


    Para una mayor profundización sobre este estudio, visite: Prevalencia y diagnóstico de depresión en población adulta en México.

Es un hecho que las condiciones de vida afectan significativamente en la prevalencia de trastornos como la depresión.

De acuerdo con el estudio, se concluye que las condiciones de vida inciden notablemente en la predisposición a presentar trastornos, en este caso depresivos, las personas en condiciones más vulnerables tienen más dificultad de acceder al tratamiento del padecimiento, lo que desarrollará consecuencias negativas, reflejándose en la calidad de vida del individuo en particular y de la población en general, pues las personas deprimidas rinden menos en cuanto a productividad, surgen problemáticas familiares y si no se obtiene la debida atención el desenlace es fatal.



Clasificación


Dada la falta de precisión en la clasificación de los trastornos afectivos, fue hasta dos decenios después de la aparición del Manual Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales DSM, que se desarrollaron criterios  para trastornos del estado de ánimo.
La depresión comprende variantes clínicas de acuerdo con la evolución, respuesta al tratamiento, tendencia a la cronicidad, recurrencia, y gravedad que puede aparecer desde trastorno leve hasta graves alteraciones con síntomas psicóticos.
 
Según el DSM IV, dentro de los trastornos del estado de ánimo
F32.x Trastorno depresivo mayor, episodio único (296.2x)
F33.x Trastorno depresivo mayor, recidivante (296.3x)
F34.1 Trastorno distímico (300.4)
 F32.9 Trastorno depresivo no especificado (311)

  
Tipos de Evaluación
 
 Depresión situacional alerta situaciones en las cuales las personas se sienten deprimidas problemas económicos laborales presas de amistad es un matrimonio en riesgo la muerte de un ser querido etcétera estos detonantes comunes causa en lo que se denomina depresión situacional cuando la situación cambia generalmente la depresión se ve aliviada.

Depresión clínica según las depresiones no son una reacción a ciertas situaciones transitorias pueden durar semanas meses y años y surgir sin alguna razón aparente afectar cada aspecto de la vida de una persona se hace referencia a estos como depresión clínica comúnmente su fuente está en la fisiología cerebral en el sistema de comunicación neurológica.


Áreas afectadas:


 Estado de ánimo sentimientos.
Física corporal
Acciones- conducta.
Causas:
Genética.
Factores de desarrollo
Factores sociales: conflictos.
Fisiológicos
Estructurales

Tipos de depresión

Depresión reactiva los síntomas suelen ser respuesta a una situación estresante suele ser de intensidad leve y no dura mucho tiempo en ocasiones no necesita tratamiento.
Depresión endógena también llamada unipolar los síntomas no aparecen tras una situación estresante, ocurrir más de una vez en la vida y es intensidad moderada requiere de tratamiento.
Distimia es un tipo de presión menos grave incluye síntomas crónicos que no incapacitan pero interfieren con el funcionamiento y  en el bienestar de la persona.
Trastorno bipolar se caracteriza por ti cambios de estado de ánimo elevado.
Depresión primaria ocasionada por el consumo de sustancias o administración de algún medicamento.
Depresión Secundaria ocasionada por enfermedad física o psiquiátrica.
Depresión psicótica: delirios y alucinaciones.

 

Síntomas:

Cambio en los sentimientos son:
Ánimo abatido.
Sentimientos negativos hacia sí mismo
Insatisfacción
Indiferencia afectiva.
Accesos de llanto.
Pérdida del sentido del humor.
Las manifestaciones también se expresan en la manera de pensar:
Baja valoración de sí mismo.
Sentimientos de desesperanza.
Auto-acusaciones y autocrítica.
Indecisión.
Distorsión de la imagen corporal.
Pensamientos negativos de incompetencia.
Los cambios motivacionales que pueden presentarse se refieren a:
Aumento de la dependencia.
Parálisis de la voluntad.
Deseo de evasión, escape o aislamiento.
Deseos suicidas.
Las manifestaciones físicas incluyen:
Desórdenes alimenticios.
Trastornos del sueño.
Disminución de la libido.
Fatiga.
Sudoración. 

¿Cómo diagnosticar y valorar la gravedad de la depresión?

Cuando se presenten los siguientes síntomas es necesario evaluar la gravedad:
Animo deprimido, desinterés, aumento de peso, insomnio, agitación, fatiga, sentimientos de inutilidad, pensamientos de muerte, suicidas: el impacto que causa en el funcionamiento de la persona establecerá el tipo de depresión:
– Depresión menor
– Depresión leve
– Depresión moderada
– Depresión grave






Otras causas de depresión a tener en cuenta en el diagnóstico

 

Abuso de Sustancias
Enfermedades Físicas
– Síndrome de Cushing
– Insuficiencia suprarrenal
– Alteraciones de la función tiroidea
– Diabetes:
– Deficiencia de vitamina B12 o de folato.
– Parkinson
– Trastornos del sueño.
– Demencias:
– Enfermedades coronarias:
– Dolor crónico:
Otros Trastornos Psiquiátricos
– Ansiedad
– Trastorno de pánico
– Trastorno obsesivo- compulsivo
– Trastorno por estrés post- traumático
– Trastorno de la alimentación.

– Distimia:

– La reacción de duelo
Efectos adversos de fármacos


 Pautas generales del tratamiento de la depresión
1. Proporcionar apoyo activo
2. Autocuidado y educación del paciente.
3. Higiene del sueño
4. Derivar a otros servicios de apoyo

                    
                            

Pruebas para diagnosticar la depresión


1).- Escala de Autoevaluación para la Depresión de Zung (SDS): es una encuesta corta que se auto administra  para valorar que tan deprimido se encuentra un paciente. Hay 20 asuntos en la escala que indican las 4  características más comunes de la depresión: el efecto dominante, los equivalentes fisiológicos, otras  perturbaciones, y las actividades psicomotoras.
Hay diez preguntas elaboradas de forma positiva, y otras diez, de forma negativa. Cada pregunta se  evalúa en una escala de 1-4 (poco tiempo, algo de tiempo, una Buena parte del tiempo, y la mayor parte  del tiempo).
El rango de calificación es de 20-80.
• 25-49 rango normal
• 50-59 Ligeramente deprimido
• 60-69 Moderadamente deprimido
• 70 o más, Severamente deprimido

2).- Escala  de Depresion Geriatrica –TEST DE YESAVAGE: Se trata de un cuestionario  heteroadministrado utilizado para el cribado de la depresión en personas mayores  de 65 años.
Existen dos versiones:
- Versión de 15: Las respuestas correctas son afirmativas en los ítems 2, 3, 4, 6,  8, 9, 10, 12, 14 y 15, y negativas en los ítems 1, 5, 7, 11 y 13. Cada respuesta  errónea puntúa 1. Los puntos de corte son:
• 0 - 4: Normal               • 5 ó +: Depresión
- Versión de 5 ítems: Los ítems incluidos en esta versión son el 3, 4, 5, 8 y 13.  Las respuestas correctas son afirmativas en los ítems 3, 4 y 8, y la negativa en  el ítem 5 y 13. Cada respuesta errónea puntúa 1. Un número de respuestas  erróneas superior o igual a 2 se considera depresión.

3).- Escala Tetradimensional para la Depresión: ETD
Esta prueba comprende 16 ítems y su aplicación dura menos de diez minutos. Constituye la prueba idónea para efectuar el seguimiento de la evolución terapéutica de la depresión mediante aplicaciones periódicas con intervalos entre cuatro y ocho semanas.

4).- Escala de Evitación Cognitivo-Conductual (CBAS)

Consta de 31 reactivos que reflejan diferentes estrategias de evitación para lidiar con problemas, que cargan en cuatro factores: Conductual/social, Conductual/ no social, Cognitiva/social y Cognitiva/no social.

5).- Inventario de Depresión de Beck (IDB)
Para medir la depresión se empleó el IDB, validado para población mexicana por Jurado, et al. (1996), quienes encontraron un alfa de .87. El inventario consta de 22 ítems con cuatro opciones de respuesta, las cuales son afirmaciones sobre el estado anímico del sujeto durante las últimas dos semanas

6).- Escala de Respuesta de Rumia (ERR)
La Escala de Respuesta de Rumia (ERR) del Cuestionario de Estilos de Respuesta, mide la tendencia a rumiar en respuesta a un estado de ánimo deprimido. Se tradujo al español y se retradujo para el presente estudio. La versión en español del presente estudio tiene un alfa de .82 y consta de 22 reactivos que se contestan en una escala de cuatro opciones.


 
Programas de Intervención
 

Psicoterapia

Los objetivos primordiales son control de la ansiedad, reforzar la regulación, mejorar la autoestima, aumentar la resiliencia, mayor autonomía acorde a la edad, mayor capacidad para el placer, lograr la satisfacción por lo que hace y mejorar la convivencia entre pares, además de disminuir la recaída del niño a partir del que este entienda y atienda sus sentimientos y pensamientos.



 

                                                                           Terapia cognitivo-conductual


La terapia cognitiva fue desarrollada originalmente por Beck y formalizada a finales de los años setenta para ser aplicada en la depresión. La intervención se centra en la modificación de conductas disfuncionales, pensamientos negativos distorsionados asociados a situaciones específicas y actitudes desadaptativas relacionadas con la depresión. La activación conductual es también un aspecto clave de la terapia cognitiva de Beck, que hace un especial énfasis en la relación entre la actividad y el estado de ánimo. Es una terapia que implica activamente al paciente, es directiva, propone metas específicas y realistas y ayuda a encontrar nuevas perspectivas.

Aunque los modelos cognitivo y conductual de la depresión parten de supuestos diferentes para explicar el origen y mantenimiento del trastorno, se denomina terapia cognitivo-conductual (TCC) a la modalidad de terapia que comparte técnicas cognitivas y emplea de forma sistemática técnicas conductuales. La TCC cuenta con el mayor número de estudios publicados, tanto en adultos como en niños y adolescentes.

La TCC ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la depresión moderada en adultos, con resultados similares a los obtenidos con tratamiento farmacológico.

La TCC en niños y adolescentes no difiere ni en la lógica ni en los elementos terapéuticos esenciales de la empleada en adultos, pero como es esperable, los procedimientos terapéuticos se adaptan a la edad del niño. Así, por ejemplo, la psicoeducación acerca del papel de los pensamientos en los estados emocionales puede valerse de recursos como dibujos e ilustraciones.

Las características más importantes de la TCC empleada en población infantil y adolescente, son las siguientes:
  •       Es una terapia centrada en el presente y basada en el hecho de que la depresión está mediada por la percepción errónea de los sucesos y por el déficit de habilidades.

  •      Sus componentes esenciales son la activación conductual (incrementar la realización de actividades potencialmente gratificantes) y la reestructuración cognitiva (identificación, cuestionamiento y sustitución de pensamientos negativos). También son elementos importantes el aprendizaje de competencias conductuales y las habilidades sociales en general.

  •          Los manuales de tratamiento se estructuran en sesiones de entrenamiento de habilidades y sesiones opcionales sobre problemas específicos. Habitualmente las estrategias de la terapia se basan en la formulación clínica del problema (formulación en la que se pone especial énfasis en los factores asociados al mantenimiento del trastorno) y la sesión terapéutica sigue una agenda de problemas que se deben tratar.

  •         Es frecuente incluir sesiones con los padres y/o familiares, con la finalidad de revisar los progresos y aumentar la adherencia al tratamiento.

  En cuanto al papel de los padres en el tratamiento, algunos autores lo han  calificado de esencial. Los padres no solo aportan información importante para la evaluación psicológica, el planteamiento de objetivos y la orientación del tratamiento, sino que también pueden actuar como agentes de cambio terapéutico, por ejemplo, facilitando la realización de determinadas tareas indicadas en las sesiones de tratamiento psicológico. (Espino, Flores & García, 2012, p.19-20)

   
Terapia familiar


 La terapia familiar (TF) hace de las relaciones familiares el foco principal de su intervención. Algunos autores han señalado que existe una fuerte evidencia de asociación entre la depresión infanto-juvenil y factores como vínculos afectivos débiles, niveles elevados de crítica, hostilidad familiar o psicopatología parental.

Aunque existen diferentes escuelas dentro del enfoque familiar, de modo genérico podría dividirse en terapia familiar conductual, psicodinámica y sistémica. Las intervenciones familiares tienen una serie de características comunes:
  •     Varias fases diferenciadas: evaluativa, psicoeducación, intervención sobre el funcionamiento de varias áreas (cognitiva, afectiva, interpersonal y conductual, según el enfoque de la terapia concreta) y retroalimentación.

  •     La intervención debe ser aplicada por un profesional cualificado (con experiencia en TF).

  •     El participante debe asistir acompañado de su familia a la mayoría de las sesiones de la terapia.

    Suele constar de un mínimo de seis sesiones, con una duración de una hora. (Espino, Flores & García, 2012, p.21).

 

 

BIBLIOGRAFÍA    

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TRABAJO ELABORADO POR: 

GRUPO 9162.
EQUIPO #9.             
CON LA VALIOSA COLABORACIÓN DE:



KAREN ANDREA MORENO TELLEZ

MARÍA LEONILA  FERNÁNDEZ NOCHEBUENA

  ALMA LIZETH VALENZUELA HERRERA
                                 
  ADRIÁN GONZÁLEZ SANTIAGO